Estamos invadidos de sellos en productos que afirman ser sostenibles, pocos especifican el cómo o por qué son verdes o sostenibles, aprovechando, en la mayoría de los casos, nuestro desconocimiento frente a qué es en realidad la sostenibilidad y la falta de regulación. Las empresas no son quienes deberían definir qué es y qué no es sostenibilidad. Eso es deber de la ciencia, por eso, es importante que las afirmaciones realizadas por las empresas estén siempre sustentadas con cifras y argumentos científicos.